Marta Ávila Aguilar, una santaneña reconocida historiadora, crítica de danza y una de las voces más influyentes del arte escénico en Costa Rica, falleció este martes 4 de junio a los 65 años. Su deceso fue confirmado por el Taller Nacional de Danza mediante un comunicado oficial en el que se rindió homenaje a su legado y se expresó pesar por su partida.
“Su legado es fundamental para la documentación y comprensión del desarrollo histórico de la danza en nuestro país”, expresó la institución. “Acompañamos en el sentimiento de dolor a su familia, amistades y a toda la comunidad artística”.
Ávila deja tras de sí una profunda huella en el panorama cultural costarricense. Desde 1998 se desempeñó como crítica de danza en el periódico La Nación, donde sus reseñas y artículos aportaron no solo análisis riguroso, sino también memoria y voz a los procesos escénicos del país.
Los actos fúnebres están programados para este jueves 5 de junio a partir de las 8 a. m. en la Funeraria de Santa Ana. La misa de cuerpo presente se realizará en la iglesia del cantón, en horario aún por definir.
Una vida dedicada al arte
Nacida en 1959, Marta Ávila vivió una existencia marcada por la pasión por el arte. Ingresó al Conservatorio de Castella en 1970, institución que la introdujo al mundo de la danza, el cual describió en una entrevista con la Universidad Nacional (UNA) como “un lugar mágico”.
Posteriormente, estudió en la Universidad de Costa Rica (UCR), donde primero optó por Agronomía, pero pronto se redirigió hacia la Historia del Arte. Paralelamente, bailaba con el grupo Danza Universitaria, donde también fue coreógrafa, diseñadora de vestuario y fundadora.
“Me planteo la danza como un objeto de estudio”, explicó en 2020. “Descubro un mundo maravilloso del conocimiento que se puede generar ahí”.
Su llegada a La Nación fue producto de una invitación directa del entonces director Carlos Cortés y del editor Eduardo Ulibarri. Compartió inicialmente la tarea de crítica con Mariamalia Pendones durante el Festival de Coreógrafos, y luego asumió el rol de manera permanente. «Eso también ha sido un buen entrenamiento», señaló en tono reflexivo.
Investigadora, académica y autora
Ávila obtuvo una Licenciatura en Historia del Arte y una Maestría en Artes de la UCR, así como un Doctorado en Cultura Centroamericana por la Universidad Nacional. Fue profesora catedrática y coordinadora del Proyecto de Investigación de la Danza Escénica en Costa Rica en la UNA.
Publicó diversos textos clave para la historiografía de la danza nacional, entre ellos:
Imágenes efímeras: 10 años bailados en Costa Rica (2005)
Danza Universitaria: trazos vitales 1978-2008 (2008)
Desde la otra orilla: crítica de danza en Costa Rica 1998-2006 (2010)
Su compromiso con la cultura también quedó reflejado en su lucha personal. A los 52 años fue diagnosticada con cáncer de mama, enfermedad que enfrentó con coraje. “Nunca tuve miedo a morirme”, relató a la UNA. “Siempre dije, esto hay que combatirlo (…) pensando siempre que iba a salir bien”.
Un legado invaluable
La comunidad cultural ha reaccionado con múltiples muestras de afecto y respeto. El editor del suplemento cultural Áncora, de La Nación, la recordó como una mujer incansable y comprometida:
“Era una de las personas que más admiro en la cultura del país, por tenaz, insistente en que había que registrar la historia de su campo, y por comprometida con la mejora constante como guía para la danza. Que descanse en paz. Le agradeceremos su trabajo siempre”.
Marta Ávila Aguilar no solo escribió sobre danza; la vivió, la enseñó y la preservó. Hoy, Costa Rica despide a una de sus guardianas culturales más queridas, cuya obra seguirá inspirando a generaciones futuras.