Este domingo el cantón de Santa Ana reflejó una de las participaciones más bajas en las convenciones internas del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC) y el pasado 6 de abril del Partido Liberación Nacional (PLN). Con un flujo mínimo de votantes en los centros habilitados, el evento dejó en evidencia el creciente distanciamiento entre las estructuras partidarias tradicionales y la ciudadanía santaneña.

De acuerdo con observaciones, muchos centros de votación permanecieron prácticamente vacíos durante largas horas. A pesar de ser procesos claves para la renovación de sus bases y dirigencias cantonales, la falta de interés fue evidente.

Diversos factores ayudan a explicar este fenómeno. En primer lugar, se percibe un desencanto generalizado hacia los partidos tradicionales. Para muchos vecinos, especialmente jóvenes, el PLN y el PUSC ya no representan alternativas atractivas para responder a las necesidades locales.

Además, la escasa presencia de los partidos en las comunidades y la falta de comunicación efectiva sobre la importancia de estas elecciones internas contribuyeron a la apatía.

Santa Ana también ha mostrado, en elecciones anteriores, una tendencia creciente hacia partidos locales y movimientos emergentes, alejándose del dominio tradicional del bipartidismo. Esta dinámica ha debilitado aún más el vínculo entre los grandes partidos históricos y el electorado local.

Este fenómeno en Santa Ana refleja un desafío mayor que enfrentan los partidos tradicionales a nivel nacional: reconectar con las bases ciudadanas, especialmente en zonas donde la modernización, la diversidad de pensamiento y la independencia política marcan la pauta.

Ahora, con miras a los próximos procesos nacionales, tanto el PLN como el PUSC deberán replantear sus estrategias si quieren recuperar la confianza de los santaneños.