El Concejo Municipal de Santa Ana rechazó este martes 2 de septiembre el veto interpuesto por el alcalde Juan José Vargas Fallas contra el acuerdo número 28 de la sesión ordinaria celebrada el pasado 19 de agosto, relacionado con la anulación del aumento en las tasas de servicios municipales para el periodo fiscal 2026.

La discusión se dio en la sesión ordinaria número 70-2025, en la cual el presidente del Concejo sometió a votación la propuesta de acoger el veto. La moción fue rechazada con mayoría de votos: solamente la regidora Cintia Chávez Robles y el presidente Gonzalo Rojas del PUSC lo apoyaron, mientras que cinco regidores votaron en contra, entre ellos Danny Ureña del Republicano, Esteban Blanco Herrera y Roberto Spesny del Sol y finalmente José Roberto Castro y Milena Ablen del PLN.

Con este resultado, el veto será elevado al Tribunal Contencioso Administrativo, tal como lo establece el artículo 167 del Código Municipal.

Durante la sesión, el regidor José Roberto Castro (PLN) justificó el voto negativo y lamentó la decisión del alcalde de frenar el acuerdo del Concejo.

“El señor alcalde presentó este veto sin escuchar al pueblo de Santa Ana. Se perdió la oportunidad de plantear propuestas más justas y mesuradas para los contribuyentes”, expresó.

Por su parte, el regidor Esteban Blanco señaló que se debe dejar en actas una resolución detallada de rechazo al veto, argumentando que los aumentos aprobados en julio carecen de motivación técnica suficiente y lesionan principios de legalidad y proporcionalidad en materia tributaria.

En el documento de justificación, los regidores que promovieron el rechazo sostienen que el acuerdo aprobado en julio fijaba incrementos de hasta un 46% en las tasas, cuando originalmente se planteaba un 36%, sin contar con el debido respaldo técnico. También se cuestiona la falta de transparencia en el procedimiento, la ausencia de documentación completa y la afectación directa a los santaneños con mayores cargas económicas.

El alcalde, en su veto, había alegado nulidades tanto de forma como de fondo, defendiendo que el acuerdo de julio estaba debidamente sustentado y que los aumentos respondían al principio de costo efectivo. Sin embargo, la mayoría de regidores consideró que la ausencia de motivación constituía un vicio de nulidad.

Ahora será el Tribunal Contencioso Administrativo el que resuelva el futuro de las tasas municipales para el periodo 2026, en un proceso que definirá si se mantiene o se anula el incremento aprobado en la sesión extraordinaria número 32 del pasado 17 de julio.