
El Comité Noruego del Nobel anunció el pasado viernes que otorgaría el Premio Nobel de la Paz 2025 a la opositora venezolana María Corina Machado “por su trabajo incansable en la promoción de los derechos democráticos en Venezuela y por su esfuerzo para lograr una transición justa y pacífica de una dictadura hacia la democracia”.
El galardón recae sobre Machado en un momento de alta tensión política en Venezuela. Desde 2024, la líder opositora vive en la clandestinidad luego de haber sido inhabilitada por el sistema judicial para participar en las elecciones presidenciales contra Nicolás Maduro.
En su decisión, el Comité Nobel señaló que Machado representa “un símbolo de resistencia frente al autoritarismo” y que ha mantenido “la llama de la democracia encendida en medio de una creciente oscuridad”.
Este Nobel podría catapultar la relevancia internacional de la oposición venezolana, otorgándole mayor legitimidad en escenarios diplomáticos y mediáticos. Sin embargo, el reconocimiento también podría intensificar la represión interna: gobiernos autoritarios tienden a responder con mayor dureza a opositores que adquieren visibilidad global.
Además, Machado deberá enfrentar la dificultad de movilizar al país desde el exilio político y la clandestinidad, mantener cohesión en un bloque opositor fragmentado y transformar un reconocimiento simbólico en presión concreta para el cambio.
Finalmente, el comité ha subrayado que la decisión se basó en los principios establecidos por Alfred Nobel: promover fraternidad entre las naciones, la reducción de fuerzas armadas, y la celebración de congresos de paz.