
La empresa AeroCaribe Air Charter presentó una denuncia penal por homicidio culposo contra varios funcionarios de la Dirección General de Aviación Civil (DGAC), a quienes responsabiliza por el accidente de la avioneta TI-GER ocurrido el pasado 25 de noviembre cerca del cerro Pico Blanco, en Escazú, y que dejó cinco personas fallecidas.
La denuncia, interpuesta ante la Fiscalía de Pavas, señala supuestas fallas en la gestión del espacio aéreo y en los protocolos de atención de emergencia que, según la compañía, influyeron directamente en el siniestro de la aeronave Cessna 206 Stationair. La avioneta volaba de regreso desde Barra del Tortuguero, en Limón, con destino al aeropuerto Tobías Bolaños, en Pavas, el cual estaba cerrado por mal tiempo.

“Existieron acciones y omisiones por parte del personal del centro de control del radar de la DGAC, que conllevaron al desastre aéreo”, indicó la firma a través de un comunicado firmado por su representante legal, el abogado penalista Federico Campos Calderón. Según el documento, los funcionarios del control de tránsito aéreo dieron instrucciones bajo reglas de vuelo por instrumentos (IFR) que no consideraron la altitud mínima de seguridad en la zona montañosa.
De acuerdo con la denuncia, el piloto fue instruido a mantener una altitud de 6.500 pies, pese a que el mapa oficial de vectores exige un mínimo de 10.000 pies para ese sector. La aeronave desapareció del radar cerca de las 12:30 p. m. y fue localizada horas después en una empinada ladera entre los cerros Cedral y Rabo de Mico, a más de 2.100 metros de altitud.
Entre las víctimas mortales se encontraban el piloto Mario Miranda Ramírez (40), la copiloto Ruth García Chavarría (26), el empresario Enrique Arturo Castillo Incera (56), Jean Franco Segura Prendas (28) y Gabriela López Calleja Montealegre (64), directora de la Fundación Horizontes. La única sobreviviente fue Paola de los Ángeles Amador Segura (31), quien estuvo hospitalizada durante varias semanas.

El abogado Campos afirmó que también representa legalmente a las familias de tres de las víctimas, quienes exigen el reconocimiento de responsabilidades penales y civiles, así como una indemnización por los daños sufridos.
Consultado sobre la denuncia, el subdirector general de Aviación Civil, Luis Miranda Muñoz, aseguró no tener conocimiento del proceso y se abstuvo de dar declaraciones sobre el caso por encontrarse en investigación.
La operación de búsqueda del TI-GER se realizó con el apoyo de aeronaves privadas de AeroCaribe y CarmonAir. Fue precisamente un avión de esta última empresa, pilotado por Everardo Carmona, el que avistó los restos del aparato siniestrado cerca de las 2:00 p. m.
Este trágico accidente conmocionó a la comunidad aeronáutica nacional y reabrió el debate sobre los protocolos de control aéreo en condiciones climáticas adversas.