
En los últimos años, el cantón de Santa Ana ha experimentado un notable incremento en la presencia de personas que se autodenominan “guachimanes” o cuidacarros informales, quienes se instalan en la vía pública frente a negocios, centros comerciales y parques, y solicitan dinero a los conductores por “cuidar” sus vehículos.
Casos reportados por medios nacionales
- Según Repretel, hasta mediados de 2025 se contabilizan unos 600 cuidacarros operando en San José, con ingresos diarios de ₡15 000 a ₡20 000, e incluso hasta ₡60 000 en casos excepcionales.
- Teletica.com documentó un caso donde daños a un vehículo (rayones) se produjeron tras la negativa a pagar ₡10 000 por «cuidado», lo que derivó en una denuncia formal ante el OIJ por extorsión y vandalismo; el costo de reparación superó los ₡580 000.
Si bien es cierto, estas personas se ganan el sustento diario por cuidar vehículos en la vía pública, en algunos casos se convierte un problema cuando se da tacha o robo de un vehículo, ya que no existe ninguna protección jurídica o legal sobre este tipo de oficio, en la mayoría de los comercios que ofrecen parqueo gratuito a sus clientes no tienen una forma de regular a estas personas que se autodenominan «cuidacarros», finalmente es decisión o voluntad de cada conductor si acepta darle dinero por «cuidar su vehículo» a estas personas.
La proliferación de guachimanes ha dejado de ser una curiosidad urbana para convertirse en un problema social serio. Los medios costarricenses ya han documentado casos graves: cobros excesivos, vandalismo por no pago y miles de cuidacarros en operación.
En Santa Ana, donde el desarrollo urbano no ha incorporado medidas de regulación clara del espacio público, esta práctica informal genera creciente rechazo. El reto para las autoridades locales será combinar acciones legales, operativos continuos y estrategias urbanísticas que recuperen los espacios públicos y protejan a los ciudadanos de posibles abusos.